martes, 18 de agosto de 2009

Las perlas de lady Laurence (capitulo I)

Lady Laurence Anthoniete Smollett, vivía sola con su mayordomo James.

Su mansión se ubicaba en la campiña inglesa, su vecino vivía bastante cerca en una casa estilo campestre. Era la mansión más grande, hermosa e imponente que se había visto. Tenía una enorme reja de tres metros de alto, que la separaban de la carretera. A la entrada del jardín, había un verde y húmedo laberinto. Al otro costado una hermosa fuente con una estatua de pez. Desde allí se podía ir directo a la casa. Ésta estaba rodeada de campo, a su izquierda había un gran jardín de flores (porque era la vista de casi todas las ventanas de la casa) y un pequeño jardín de manzanales. Detrás de la casa había un granero, vivienda de algunos animales, y a su costado un gallinero. El resto era todo campo, pistas de carreras de caballos, campos de naranjos y limoneros; incluso había una huerta. Todo en lo que concernía a los animales, la limpieza, la huerta, recoger las frutas, etc., se encargaban el mayordomo y el vecino, August.

Al entrar en la casa, había una gran alfombra que cubría todo el piso del recibidor. A los costados había dos escaleras que arriba se conectaban y daban a un gran pasillo. Había ochenta y tres habitaciones, de las cuales sólo cuatro se utilizaban constantemente: la habitación de Lady Laurence y la de su mayordomo, la biblioteca salón de música y la oficina. En el recibidor había, además, un reloj de pie antiguo y un enorme retrato de Lady Laurence con su yegua. Al costado, estaba la cocina, que tenía un enorme depósito de vegetales y frutas, un horno de pan gigante y cientos de estantes con cientos de frascos, sartenes, platos y copas –es que el techo era lo bastante alto como para aprovechar las paredes-. Una mesada de cuatro metros de largo y a su lado una puerta que daba al campo de flores y a la piscina exterior.

Por el otro pasillo, se iba al salón principal. Ésta era la sala más grande de la casa, tenía un gran ventanal, un sofá cama y un megáfono con varios discos de música en un estante. En el centro había una enorme mesa de algarrobo. El salón se utilizaba, generalmente, para los grandes bailes y conferencias que daba Lady Laurence. Desde el salón se podía ir a la piscina interior. Era una hermosa y enorme piscina de mosaicos celestes y negros. Las paredes también revestidas de mosaico negro, tenían huecos en donde se colocaban estatuas de mármol y grandes macetas con flores intercaladas. La piscina tenía dos trampolines de diferente altura y diez metros de profundidad.

Lady Laurence era una señorita muy seria y elegante. Vestía largos vestidos de colores oscuros y largas polleras con swéters durante el invierno. Siempre estaba a la espera de lo último en la moda. Ella y su vecino tenían la costumbre de juntarse todos los jueves a jugar póker en su casa. Los sábados arreglaban el jardín y los domingos iban los tres a la misa.

Muchas personas pensaban que Lady Laurence era una de las personalidades más importantes de Inglaterra, y así era. Era famosa por sus libros y era reconocida por montones de personas en Inglaterra como la mejor escritora de novelas románticas. A pesar de dedicarse a escribir novelas de este tipo, ella pensaba que el amor no era algo muy importante y que estaba muy bien en su vida de soltera. Pues tenía todo lo que una mujer necesita: una enorme casa, un mayordomo fiel, vestidos, y joyas, muchas joyas. Porque además, Lady Laurence era muy reconocida por su famoso collar de perlas. Este era su favorito y lo usaba en todas las reuniones importantes a las que acudía usualmente. Las acompañaba con un hermoso vestido largo y una capa de piel. Eran sus favoritas y no se las quitaba casi nunca.

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